"Soy todo lo que cabe en mi vida
menos tú.
El niño de la bicicleta que jamás será un hombre,
la veleidad de mis pasos torcidos,
puntos negros, vibraciones.
Soy la calle cortada, los labios espesos,
el recuerdo lejano de una intimidad,
el espejo público, la punta de tus dedos
alguna vez.
Soy tango, semilla y barro,
el impulso saliendo por mis bordes,
la ternura que se torna distancia,
la pasión que se enclaustra en un ático.
Soy la guitarra sin ganas, la música
deslomándose en una esquina muerta.
Soy el casco viejo, la mala baba,
tu razón y mi parte de culpa,
la palabra sin manos ni cuentas
pendientes.
Soy el cruce de caminos:
tú de vuelta a casa
y yo de vuelta y media.
Soy la esperanza podrida,
la vereda sin rastro,
la colección de cromos sin abrir.
Soy el ojo vago que no mira,
el esmalte de unas uñas que no arañan,
la belleza desnuda en otros cuerpos
directos al columpio
perdidos en la noche."
domingo, 24 de abril de 2016
viernes, 15 de abril de 2016
Hoy voy a escribirle al próximo hombre que entre en mi vida y no
me decepcione,
al próximo canalla caballero que me compre flores por placer de la
conquista,
al que se atreva a intentarme, a robarme deliberadamente una
sonrisa.
Me rindo (lo advierto) en la búsqueda del utópico hombre perfecto
y me rindo también en los hombres de barra de bar que me tiran sólo un mínimo
de onda. Ya basta.
Quiero el mundo entero y lo quiero pintado de carmín, de rosa, de
pasteladas en la televisión los miércoles por la tarde.
Quiero mariposas en el estómago, el cortejo, la lucha, la fiebre:
lo quiero todo. Y a cambio ofrezco la aventura, la tensión, la pasión y los
abrazos. Sé que en el embolado del amor ya soy una experta. Prometo esos roces
de rodilla en las comidas familiares: prometo la luna porque sé que aprendí a
romper los esquemas de un hombre que se entrega.
Pero cuidado, exijo mucho a cambio: Voy a exigirlo todo. Porque tengo tantas ganas de
entregarme en cuerpo, corazón, piel y pupilas que le doy mi vida al próximo que
me regale 6 sonrisas, 3 noches y un abrazo sin volarlo todo por los aires.
A veces cuando pides todo pides tan poco, que se convierte en utopía.
miércoles, 6 de abril de 2016
No hay llaves para tanto cerrojo
Él fue de esos amores que no pasan de moda, que no caducan, que se rompen y te rompen pero no cambian nunca de temporada.
Él fue de esos amores que te envuelven por las noches e inspiran tus menos puritanas fantasías, de los que crujen, rugen por salir de tu cabeza.
Él fue de esos amores, que se mudan a vivir contigo aunque cruces las fronteras, de los que duran para siempre...
...pero no se quedan.
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