domingo, 29 de noviembre de 2015

Vivir me salvará de la vida.

Hay frío en los labios pero bajo el abrigo de invierno hay calor en la piel. 

La Navidad está al caer: Madrid ya se ha maquillado de luces y de gente con bufandas más arriba de las orejas. Madrid ya no perdona y no hay meriendas ni paseos. O yo ya no perdono y no hay ganas ni de besos ni de puentes suicidas. Casi parece que se maquille de puta de esquina de barrio, ocultando entre tantos arreglos su belleza. Qué te pasa Madrid, qué te pasa joder que ya no me gustas ni me llenas. ¿Por qué pareces triste ahora que me revelo contra mi propia tristeza? ¿Por qué pareces esa puta que regala sus encantos al primer turista que te penetra? ¿Por qué compartes los secretos que te he descubierto estos dos años con cualquiera? ¿Por qué no te quitas el maquillaje y vuelves a ser primavera?

Estás tan artificial, tan hipócrita vestida de purpurina roja cantando villancicos felices, sonriendo a tus extraños, llenándote el vacío de tus calles con vacío de personas ajenas. 

Después de haberte conocido triste y fea, en tus tonos marrón y rojo ladrillo, despertando los domingos de borrachera, artista bohemia, rincón secreto, tímida y salvaje y abandonada. Una vez desnuda, hermosa y atrevida, no me gustas vestida de gala y lentejuela. Por favor: vuelve a ser primavera.

Y así acompasa tu atuendo a lo que me está naciendo en el pecho, retorna a las flores o a los jardines de barro y al verde esmeralda de los cuatro árboles que fingen brindarte oxígeno. vuelve a ser oscura a tu manera, tristemente feliz, lúgubre y grandiosa. Vuelve a ser refugio de poetas no de tiendas, retoma tu labor de escondite de quien quieren huir de sí. 

Me gustas cuando no vendes sino regalas libertad. Cuando salvas de la deriva a los locos que encallan en tus aceras. Escóndeme, regálame, sálvame, abrázame sin cosméticos. Te quiero natural en abril, podemos prescindir esta vez del invierno.





No me olvido, no. 

Es solo que decidí dejar de echarle de menos, amar no me salvará de la vida...
... Neruda se equivocaba. 

viernes, 27 de noviembre de 2015

Bote de somníferos los viernes.

"Cuando ya no me queden fuerzas para escribir
y haya un vacío interminable


y sienta un hueco dentro de mi culpa
entre los trenes que ya no vuelven
y los idiomas muertos.


Cuando pase por debajo de tu casa
y no sepa explicarme
y no me pare ya a regalarte flores,
a preguntar por ti. 

La negación del verbo, lo crudo de aceptar
como es diluirse en tu vientre,
no salir ya en tus versos,
no chocar una copa contigo.

Cuando me niegues en pretérito,
confundamos las formas, valoremos el cuerpo
así intangible a lomos de otro tiempo,
quizá yo ya perdido para siempre

en un profundo bosque de verdades,
en una lluvia de silencios.

Cuando piense otra vez
que habrá un Nosotros limpio,
en una tarde buena, en la ciudad cortada,

descúbreme que llevo los ojos vendados,
que no tienes ganas de nombrarme,
que he de volver con esa humillación

a rastras.

Hazlo rápido para que te entienda,
para soñar con ser partícula,
muerte y sueño,
levedad.

Y así, por fin, escapar del miedo
hacia el beso de la vida

como aquel huracán."

Charly efe.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Levánta he dicho.

Hoy tengo ganas de que alguien me saque una sonrisa, no es una necesidad, es mas bien un capricho. Que alguien me haga sentir algo, algo bonito. Soy consciente de que me he vuelto una persona triste, no estoy triste porque hace tiempo que pasé esa fase del duelo, pero sí una persona triste en sí, que sonríe poco, duerme mucho, fuma y está cansada.

Hoy sin embargo querría no estar triste, me gustaría que en un día tan bonito, se acordase alguien de que debajo de tanta piel y tanto vacío había una persona alegre y cariñosa.

Hoy tengo ganas de que alguien me saque una sonrisa, solo porque se acuerde de que formo parte de su vida y le alegre mi presencia.

Hoy quiero llenar un poco ese vacío, que la amistad haga su trabajo y me aleje del recuerdo y la nostalgia.

Hoy quiero un abrazo, que signifique poco y dure mucho.

Segunda clave; cuando lo necesites: pide ayuda. 

lunes, 23 de noviembre de 2015

Me veo en ella. Egolatría, orgullo.

Dentro de ella,
aún resuena el portazo
de aquel que se fue porque no supo como quedarse.
Y es que ella es eso,
todo un caos de opciones,
todo un mundo de preguntas.
Si las palabras se las lleva el viento,
por su cama, cada noche, arrasa un huracán.
Se rinde
de vez en cuando, sí,
pero la he visto luchar como nadie.
Tiene ese forma tan auténtica
de ser salvaje,
que cada vez que abre la boca
alguien sale herido.
Tan equilibrista por el hilo del amor, a veces,
tan segura de caerse, otras tantas.
Ha querido a ciegas,
a quienes tenían miedo a la luz,
y a pesar de eso, sigue brillando cuando ríe
sigue riendo cuando besa,
sigue besando sin motivos.
He pasado tantas noche en su pelo
que mis sueños olían a caricias,
la toqué tan hondo
que me convertí en el epicentro de su herida más profunda.
Ella puede con todo este silencio,
que ha dejado mi portazo;
ahora es alocadamente fuerte, utópicamente infranqueable,
y lo único que le importa
es que el rock and roll suene a volumen,
otro cigarrillo
y esta noche,
otra vez,
sin
límites.

"Motivo IV"  de Miguel Gane.

sábado, 21 de noviembre de 2015

De las palabras que ya no me dices.

Enamorar, es un proceso delicado y cuidadoso para el que cada uno sigue una determinada estrategia. Pero enamorarse se hace sin sentido, sin premeditación, sin intención ni expectativas. 

A mi me sedujiste con palabras, con poemas, luego con las sonrisas que prolongaban el movimiento de tus labios al recitarlas mientras mirabas mis mejillas, me encandilaste con promesas, con cumplidos, con tus ojos vidriosos a punto de romper el charco que los forma al decir cosas como que “diciembre se calentaba únicamente con la mirada de dos enamorados”, y yo, que de incrédula pasé a creerte, y de libre pase a ser tu prisionera, me enamoré de esas palabras, de tu justicia, de tu “yo no me callo” y de ese compromiso que tienes con el mundo y no te paga. Y claro, me volví indefensa.


El problema de enamorarse es ser vulnerable, es querer sin ojos, es abrazar el aire. El riesgo de la estrategia de quien enamora es que sea capaz de enamorar a su objetivo, de encerrarlo bajo llave, de guardarlo y de olvidarlo, mientras que lo condena a morir de sed de una fuente de atenciones que se va agotando.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Y estoy contenta, con lo que fue y ya no será, con lo que ya no quiero que sea.

No fuimos al mejor batalla,
pero nadie empuñó la espada con tanta destreza.

Tampoco destacamos nunca por nuestra forma de querernos,
pero nadie se ha besado nunca con tanta poesía.

No es que fuéramos expertos en decirnos las cosas,
pero cuanto más alto toca el silencio, más hondo toca la palabra.

No fuimos perfectos,
que aburrido el amor con rosas,
cuánta marca nos han dejado las espinas.

Aunque no fuéramos inolvidables
eres mi mejor recuerdo.

Cuántas veces nos dijeron que así no se hacían las cosas,
y qué importaba, a nosotros lo que nos ponía
era equivocarnos con las personas acertadas.

Tú sabías que lo importante,
estaba de piel para adentro,
y yo sabía que aquella forma tuya de tocarme,
me desnudaría,
y luego solo habría frío.

Y me dio igual.

Ya ves, nunca acertamos a poner el punto sobre la i,
pero eso no importaba, las letras estaban bonitas así,
incompletas,
pero exclusivamente nuestras.


"No" de Miguel Gane

jueves, 19 de noviembre de 2015

Deja de pensar en los efectos

Puede ser que mañana entre en shock, me puede atropellar un autobús por ir con los casos y hasta por excéntrico que parezca, hay una ligera posibilidad (aunque remota) de que te caiga un suicida del sexto piso del edificio del que sales de tomarte un café con leche desnatada, son cosas que pasan. Tal vez (y toco madera) no contemos mañana lo que sentíamos, ni hagamos las paces por lo cruel de unas palabras, quizá ese momento que estabas esperando para hacer las cosas bien llega, pero tu no puedas disfrutarlo y otros ya no sepan.

La vida es total y absolutamente imprevisible. Puede que mañana por un descuido te echen de tu casa y no puedas volver a saber que es ducharte con agua caliente. Tal vez (Buda no lo quiera), no vuelvas a tener para comer más que un puñado de habichuelas para 7 en una mesa de madera. Quizá salgas a cenar con tu pareja y entren dos con metralletas.

Así que si, joder, prefiero cagarla, engordar y abrir la boca para decir lo equivocado en el momento menos oportuno, no voy a arrepentirme nunca de lo que hago por pasión.

Mañana está demasiado lejos yo prefiero vivir hoy, comer hoy, llorar hoy, follar hoy. Obviar los tabúes y las habladurías, hacerle caso al corazón, le voy a dar todo lo que me pide: hoy. ¿Qué son al fin y al  cabo las consecuencias? ¿Es tan alto el precio por equivocarse?

Así que déjame que no comprenda a qué estás esperando: hoy estoy, mañana…


…mañana es una ciencia incierta.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Qué empeño tan kamikaze seguir follando sin calcetines

Solía pensar que nadie me querría como tú, pero después de dos semanas follando, descubriendo facetas de mi cuerpo y de mi mente que no conocía, después de ponerme la ropa y marcharme de tu casa con un adiós de dejar de entenderme, de llevar tu olor toda la tarde en el vientre y más abajo, después de llamar al amor necesidad y viceversa, de sentirme olvidada, insignificante, pequeña, creo que cualquiera podría quererme más.

Porque es precisamente por amor por lo que se permite a alguien dejar de sufrir por uno mismo, porque es cuando realmente quieres cuando te abandonas un poco y dejas a la otra persona seguir con su vida, es la falta de todo esto lo que nos identifica.

Me bastaba tu piel, lo juro. Pero se torció en el momento en el que cruzaste el límite y me quisiste rota y hablaste de comer,  de cerveza, de películas o de un café y al final no cumplías nunca tus promesas.

Yo no quise que esto pasara. Lo juro.

Luego me hablas de tener las cosas claras a sabiendas de que cruzaría charcos por no perderte, de que no compartimos objetivos y esas mierdas, pero ¿Quién ha acabado confundida? Yo… claro, siempre yo y no quería verlo. Porque realmente solo tú sabías a ciencia cierta que en mí no ves futuros, no hay domingos, no hay verbenas, no habrá nunca una casa con estantes de libros que lleguen al techo, hace tiempo que yo ya estaba fuera. ¿Pero yo? Yo dejé de saber si te quería a ti, a tus manías, a la guerra que desatas y que calienta mi invierno, o si quería tu piel, o si no se, o si no quería y eso me asustaba más que querer.

Ojalá nunca nadie te haga tanto daño como a mi tus no sé.

Y sí, tienes fecha de caducidad, puede que yo también. Por qué esperar a poner tierra de por medio, por qué volver a escuchar que cuando estés lejos no pensarás en mi, para qué, nunca he creído que los kilómetros realmente alejen corazones, el tuyo se fue corriendo hace meses y debe estar bien lejos de mis miserias tomando cervezas en algún parque pero tú no, tú a 7cm de mi antebrazo.

Ya no sé quien soy, o cómo ni cuándo me perdí por el camino, pero creo que voy a empezar a descubrirlo porque me merezco ser feliz y porque de las entrañas hoy me están naciendo fuerzas. Tengo la lejana imagen de una mujer más guapa, más alegre, más segura de si misma, suele llevar vestidos, se arregla el pelo y las uñas todas las mañanas y le crecen alas de los pies, es de esas que nunca miran atrás cuando avanzan, que se cambian de ciudad como de bolso, que cree en un futuro brillante y aparenta no ser mula de carga de nadie, es una de esas mujeres que cuando las ves sabes que se comerán el mundo.

Está escondida entre las fotos de hace dos años, si un día la ven, que alguien le diga que se quede.




Al resto decir que encontré la primera clave: Para ser feliz, lo primero es querer serlo.

sábado, 7 de noviembre de 2015

El último

He recogido la ropa del suelo, ¿la dignidad? Estaba debajo de la cama.

Se ha marchado a media tarde y Dios, se han mezclado sensaciones, he notado la alegría, soy consciente de mi sonrisa y del rubor en las mejillas. He levantado de la almohada el olor de una piel que ya no es mía y sé que se me está empapado la cara, pero a las lágrimas les seguirá la alegría: me he siento libre: como si la vida me esperara. 

El sol del verano podrá quemarme la piel pero ya estoy ardiendo de expectativas, de un futuro brillante, de una actitud positiva, de una pasión por la vida que no había sentido antes.


Me dijiste adiós llevándome a volar otra vez contigo, llegué a pensar que era feliz así y surgió esto. Junio 2015.

jueves, 5 de noviembre de 2015

No todo podía ser malo


Hay un video increíble, es ridículamente romántico de la forma más natural posible. 

Lo he visto y me ha salido una sonrisa tonta e inocente, creo que imitaba un poco a la chica de ese film entre Tarantino y James Cameron, algo así como Eliseo Subiela, sabes, ¿no?. Retorcidamente romántico:

Hay una cama deshecha, un chico con un jersey ceñido que habla con despreocupación y soltura mientras le explica a la cámara (o al mundo) su punto de vista divertido sobre una habitación de hotel con vistas a castillos. Y ella, solo dice “nos vamos a casa” con esa voz que solo se podría expresar en imágenes de centelleos, fuegos artificiales, colores chillones, dulzura, de una niña enamorada hasta las trancas pero serena y apaciguada y con la emoción contenida.

Hay un beso (o muchos muy juntitos), un beso tan cotidiano y tan entero, tan auténtico que inspira entre pasión, conformidad o cariño, un beso tan normal que casi me hace llorar de alegría, casi he podido sentirme como esa desconocida, tan feliz y completa que me ha dado envidia. Y él con inmensa dulzura entre sonrisa y sonrisa le dice al mundo con auténtica resignación que la quería.



No, esos dos no somos nosotros, no hay rasgos en común entre la chica del video y la que hoy te escribe, no es la misma persona el chico que sonríe a quien ahora escribo. Y sin embargo parece que la realidad fuera la pantalla y el teatro fuera esto que hacemos todos los días.


Te encantaría el video, si pudieras, si quisieras verlo…