jueves, 17 de noviembre de 2016

Aún tienes ese gusto exquisito en música y en literatura, sabes elegir la película perfecta con el delicado equilibrio entre el entretenimiento y la obra de arte. No creas que no me fijo.

No mentiré cuando me pregunten qué veo en mi futuro, aún te veo a ti, la única persona con la que me planteé tener niños, aún te veo en el salón de las librerías hasta el techo, viendo un partido de futbol mientras me das un beso. Pero no son deseos de realidad, sino de utopía, el tipo de vida que quería en mi futuro no la completo sino es contigo, y por eso me la imagino todavía con tu figura, hay partes de tu cultureta que quería en mi madurez, hay planes que quería contarle a mis hijos, hay historias, nuestra historia que merecía ser contada en el calor de una chimenea o en privado en primavera en el sur. Hay un futuro en mi cabeza en el que lo dejábamos todo para buscar una nueva vida en Argentina, aunque solo fuese por seis años o seis días. Hay muchas cosas que quería que fueran y no fueron, que nunca serán. No es que te quiera de vuelta, es que quería la vida que nos habíamos prometido, y bueno, esa la que no puedo hacer sola ni con otra persona, esa posibilidad ya no está y aún, de manera inocente me la imagino, no me culpes por soñar despierta, no quiere decir que tenga esperanzas de tenerla.

Te recuerdo con mucho cariño cuando me vienes a la memoria, te tengo mucho cariño y es lo único que debería quedar de aquella historia, te recuerdo con cariño porque me trataste con cariño. Y te defendería siempre como intento, desde que te conocí, defender la alegría. Y, al margen de los arrebatos de furia, en el fondo deberías saber que te respeto, que creo que eres una persona maravillosa y que se sonreír cuando me viene un recuerdo. Nunca tiraré ese collar que simboliza lo bueno, lamento haberlo intentado alguna vez, y aunque quema en el pecho los pocos días que saco valor para ponérmelo, no es más que otro recuerdo, otro bonito recuerdo.

Te encontré por casualidad, la medalla del perdedor, tenia que haberle preguntado a google antes, era fácil de adivinar. Me dolió leerlo todo, que me dejases por tonta todo este año, como si fuera solo yo quien aún seguía extrañando, me dolieron frases como te sigo esperando en el balcón, que tú también encontrabas notas en los cuadernos, (todo los apuntes de mi ordenador tienen alguna frase estúpida, cuando te escribía, lo leías y me contestabas en el propio texto), yo también lo sé, sabes que siempre lo he sabido, pero me revolvió las entrañas que me hubieras dejado tan tonta, tan indefensa, tan loca. No estaba loca y tú lo sentías también yo lo sabía y nunca lo dijiste. Te encontré por casualidad, y me dolió tanto que te tuve que responder.

Ya vuelvo al silencio de las mañanas vacías, aunque a las nueve de la noche siempre me sale una sonrisa, porque creo que piensas en mi, y que le pones el mismo cariño con el que yo lo hago.


Un beso, Dano.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

"Pero tú no tienes fondo
Ni paz ni memoria
Sólo un futuro lastrado
Unas migajas en la orilla del plato
Una desazón larvada
Que nadie adivina
Un punto muerto una desidia
Se te ve el quiero y no puedo
A miles de kilómetros
La vida triste saliendo por las costuras
El penúltimo tren.

  
Dice el reloj de la estación
Que te vistas."

Charly efe.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Ya no me representa el miedo, ni la dulce tortura de Horacio, no... no son guerras lo que busco. Nunca sabré lo que es volver a Comala porque nunca existió en mi memoria. He dejado de soltar puñetazos a diestro y siniestro contra el muro de tus desprecios. Hay rendijas de luz en lo que entendías por un cielo cubierto, siempre hay luz en el norte aunque llueva.

Me mentiste al decirme que ya no eras el poeta, no pudiste caer más bajo que al mentir sobre ti mismo. Me perdiste y fue tu culpa, me olvidaste y fue la mía. En el Chelsea hay habitación con nuestro recuerdo, lo hay también en ciudades amuralladas, hay arrepentimientos, en la calle del Laurel, debí follarte en la oficina.

Pero no podemos hacer nada contra las cosas que dejamos atrás, no podemos borrar las huellas del posabrazos del sofa, ni del posamanos de las escaleras del metro, ni limpiar con abrillantador aquel espejo. 

Cortázar descansa con mi carta de despedida. Hay un piso en Montmartre con tu foto entre las páginas de un libro que nunca leerías, hay rastros de nuestra historia, hay piezas pero no hay un marco. No voy a volver a Madriz. No terminaré la Universidad en tus páginas de libros medio escritas, no recuerdo el color de tu cuaderno. 

Todo cambió en el momento que descubrí todo lo que no me decías.

lunes, 7 de noviembre de 2016

A las nueve de la noche,
no importa la estación del año,
es crepúsculo en la ventana.

No llegas a llamarlo día porque estás en la cama 
la luz tenue de la habitación,
quizá una vela encendida 

A las nueve de la noche no importa la estación,
Aún no es noche cerrada,
Los fantasmas aún no salen de debajo de la cama

A las nueve de la noche el señor de las castañas se sopla los guantes,
El camarero cruza la esquina y entre cubos de basura inhala el primer cigarro de la “tarde”

A las nueve de la noche siempre, siempre
estamos solos.

Y miramos por encima del hombro del acompañante en la mesa del restaurante,
Y sonreímos distraídos porque a las nueve de la noche
no compartimos espacio con nadie

A las nueve de la noche siempre hay un pájaro que muere,
un niño que llora,
una puta que se plantea cambiar de trabajo.

A las nueve de la noche siempre cierro los ojos
e imagino que estoy en casa,
con los pies debajo de la manta, un café o un chocolate caliente,


A las nueve de la noche siempre tengo frío, siempre es Noviembre 2013.

lunes, 31 de octubre de 2016

Te has vendido a una sociedad vacía. Has renunciado a aquello que te hacía especial, ahora qué te queda,

noches vacías de palabras no escritas en un libro rojo que nadie leerá, entradas de conciertos pasados que ya no te inspiran barbarie desplegados por una habitación que apesta a soledad. Un abrigo azul por el que ya no entran manos nerviosas, una ciudad vestida de gris en mitad de un país que se ahoga en sus propias políticas de austeridad. Ropa que te queda pequeña entre tantas cervezas que no te hacen olvidar. Qué te queda cuando has renunciado a ser el poeta. No envidio tu vida sin prisa, esperando la muerte como los demás ni el cigarro a medias quemando el pulmón que ya no respira, drógate, no importa, ya no bombea el corazón sangre a las venas. Se escandalizarían Cortázar, Benedetti, Oliveiro, Salem, Neruda de tanta mediocridad, por haber entregado la poesía para vivir una vida corriente de noches que no recuerdas en tugurios que no te inspiran ni a vomitar el pacharán de media tarde. Dónde está el color del sur si entre tantas borracheras el sol no toca tu piel desde hace meses,

¿acaso has visto el otoño llegar?

En la Rue Martel se han hecho pedazos con la noticia, lloró una niña cuando le conté. Hay cartas que demuestran el talento y se las enseñe, - Se ha vendido - me gritaba, - Se ha vendido.



"Pero si, 
                                 Pese a todo, 
no puedes evitarlo... 

[...] entonces no te quedes conmigo"

viernes, 13 de mayo de 2016

Te he rendido, me estoy perdiendo.


Tengo la sensación de haberme rendido. Hoy, he perdido la última pieza que me caracterizaba, quizá haya construido una nueva: la de reinventarme. Me siento en proceso constante de borrón y cuenta nueva, de pelea, de lucha conmigo, de encontrar un espacio o un camino sin curvas ni cambios de sentido. Estoy dudando de todo, de lo que hasta ahora tenía por seguro: que las decisiones que tomaba, que los cambios que trastocaban mi vida acabarían por hacerme más feliz. Hoy dudo de todo, de mí misma y la franqueza de que ya no te conozco es casi insoportable, destructora en el ámbito más amplio posible; me estoy destruyendo a mí misma: me estoy perdiendo. 

Necesito un pie en la tierra. Me he alejado tanto de la realidad que ya no concibo deseo, lujuria, alegría, tristeza, no sé si se llorar de pena o de vacío. 

martes, 10 de mayo de 2016

Panero y primavera en cascada

Fumo mucho. Demasiado.
Fumo para frotar el tiempo y a veces oigo la radio,
y oigo pasar la vida como quien pone la radio.
Fumo mucho. En el cenicero hay
ideas y poemas y voces
de amigos que no tengo. Y tengo
la boca llena de sangre,
y sangre que sale de las grietas de mi cráneo
y toda mi alma sabe a sangre,
sangre fresca no sé si de cerdo o de hombre que soy,
en toda mi alma acuchillada por mujeres y niños
que se mueven ingenuos, torpes, en
esta vida que ya sé.
Me palpo el pecho de pronto, nervioso,y no siento un corazón. No hay,
no existe en nadie esa cosa que llaman corazón
sino quizá en el alcohol, en esa
sangre que yo bebo y que es la sangre de Cristo,
la única sangre en este mundo que no existe
que es como el mal programado, o
como fábrica de vida o un sastre
que ha olvidado quién es y sigue viviendo, o
quizá el reloj y las horas pasan.
Me palpo, nervioso, los ojos y los pies y el dedo gordo
de la mano lo meto en el ojo, y estoy sucio
y mi vida oliendo.
Y sueño que he vivido y que me llamo de algún modo
y que este cuento es cierto, este
absurdo que delatan mis ojos,
este delirio en Veracruz, y que este
país es cierto este lugar parecido al Infierno,
que llaman España, he oído
a los muertos que el Infierno
es mejor que esto y se parece más.
Me digo que soy Pessoa, como Pessoa era Álvaro de Campos,
me digo que estar borracho es no estarlo
toda la vida, es
estar borracho de vida y no de muerte,
es una sangre distinta de esa otra
espesa que se cuela por los tejados y por las paredes
y los agujeros de la vida.
Y es que no hay otra comunión
ni otro espasmo que este del vino
y ningún otro sexo ni mujer
que el vaso de alcohol besándome los labios
que este vaso de alcohol que llevo en el
cerebro, en los pies, en la sangre.
Que este vaso de vino oscuro o blanco,
de ginebra o de ron o lo que sea
—ginebra y cerveza, por ejemplo—
que es como la infancia, y no es
huida, ni evasión, ni sueño
sino la única vida real y todo lo posible
y agarro de nuevo la copa como el cuello de la vida y cuento
a algún ser que es probable que esté
ahí la vida de los dioses
y unos días soy Caín, y otros
un jugador de poker que bebe whisky perfectamente y otros
un cazador de dotes que por otra parte he sido
pero lo mío es como en «Dulce pájaro de juventud»
un cazador de dotes hermoso y alcohólico, y otros días,
un asesino tímido y psicótico, y otros
alguien que ha muerto quién sabe hace cuánto,
en qué ciudad, entre marineros ebrios. Algunos me
recuerdan, dicen
con la copa en la mano, hablando mucho,
hablando para poder existir de que
no hay nada mejor que decirse
a sí mismo una proposición de Wittgenstein mientras sube
la marea del vino en la sangre y el alma.
O bien alguien perdido en las galerías del espejo
buscando a su Novia. Y otras veces
soy Abel que tiene un plan perfecto
para rescatar la vida y restaurar a los hombres
y también a veces lloro por no ser un esclavo
negro en el sur, llorando
entre las plantaciones!
Es tan bella la ruina, tan profunda
sé todos sus colores y es
como una sinfonía la música del acabamiento,
como música que tocan en el más allá,
y ya no tengo sangre en las venas, sino alcohol,
tengo sangre en los ojos de borracho

y el alma invadida de sangre como de una vomitona,
y vomito el alma por las mañanas,
después de pasar toda la noche jurando
frente a una muñeca de goma que existe Dios.
Escribir en España no es llorar, es beber,
es beber la rabia del que no se resigna
a morir en las esquinas, es beber y mal
decir, blasfemar contra España
contra este país sin dioses pero con
estatuas de dioses, es
beber en la iglesia con música de órgano
es caerse borracho en los recitales y manchas de vino
tinto y sangre «Le livre des masques» de Rémy de Gourmont
caerse húmedo babeante y tonto y
derrumbarse como un árbol ante los farolillos
de esta verbena cultural. Escribir en España es tener
hasta el borde en la sangre este alcohol de locura que ya
no justifica nada ni nadie, ninguna sombra
de las que allí había al principio.
Y decir al morir, cuando tenga
ya en la boca y cabeza la baba del suicidio
gritarle a las sombras, a las tantas que hay y fantasmas
en este paraíso para espectros
y también a los ciervos que he visto en el bosque,
y a los pájaros y a los lobos en la calle y
acechando en las esquinas

martes, 3 de mayo de 2016

tintín.

Me das ganas de quererte como una loca. Te buscaría en los pozos oscuros de los que no sacamos ya más que silencios, pero te querría como una loca quiere a ese loco que le roba la sonrisa cuando casi la toca.

Te prometo vivir siempre en enero aunque la primavera irrumpa y nos clame, solo te pido que saltes al vacío conmigo. Seamos felices. Te quiero. 

domingo, 24 de abril de 2016

estoy pintando nuevas primaveras, con colores de nuestro invierno.

"Soy todo lo que cabe en mi vida
menos tú.


El niño de la bicicleta que jamás será un hombre,
la veleidad de mis pasos torcidos,
puntos negros, vibraciones.


Soy la calle cortada, los labios espesos,
el recuerdo lejano de una intimidad,
el espejo público, la punta de tus dedos
alguna vez.


Soy tango, semilla y barro,
el impulso saliendo por mis bordes,
la ternura que se torna distancia,
la pasión que se enclaustra en un ático.


Soy la guitarra sin ganas, la música
deslomándose en una esquina muerta.
Soy el casco viejo, la mala baba,
tu razón y mi parte de culpa,
la palabra sin manos ni cuentas
pendientes.


Soy el cruce de caminos:
tú de vuelta a casa
y yo de vuelta y media.


Soy la esperanza podrida,
la vereda sin rastro,
la colección de cromos sin abrir.


Soy el ojo vago que no mira,
el esmalte de unas uñas que no arañan,
la belleza desnuda en otros cuerpos


directos al columpio


perdidos en la noche."

viernes, 15 de abril de 2016

Hoy voy a escribirle al próximo hombre que entre en mi vida y no me decepcione,
al próximo canalla caballero que me compre flores por placer de la conquista,
al que se atreva a intentarme, a robarme deliberadamente una sonrisa.

Me rindo (lo advierto) en la búsqueda del utópico hombre perfecto y me rindo también en los hombres de barra de bar que me tiran sólo un mínimo de onda. Ya basta.

Quiero el mundo entero y lo quiero pintado de carmín, de rosa, de pasteladas en la televisión los miércoles por la tarde.

Quiero mariposas en el estómago, el cortejo, la lucha, la fiebre: lo quiero todo. Y a cambio ofrezco la aventura, la tensión, la pasión y los abrazos. Sé que en el embolado del amor ya soy una experta. Prometo esos roces de rodilla en las comidas familiares: prometo la luna porque sé que aprendí a romper los esquemas de un hombre que se entrega.

Pero cuidado, exijo mucho a cambio: Voy a exigirlo todo. Porque tengo tantas ganas de entregarme en cuerpo, corazón, piel y pupilas que le doy mi vida al próximo que me regale 6 sonrisas, 3 noches y un abrazo sin volarlo todo por los aires.


A veces cuando pides todo pides tan poco, que se convierte en utopía.