jueves, 19 de noviembre de 2015

Deja de pensar en los efectos

Puede ser que mañana entre en shock, me puede atropellar un autobús por ir con los casos y hasta por excéntrico que parezca, hay una ligera posibilidad (aunque remota) de que te caiga un suicida del sexto piso del edificio del que sales de tomarte un café con leche desnatada, son cosas que pasan. Tal vez (y toco madera) no contemos mañana lo que sentíamos, ni hagamos las paces por lo cruel de unas palabras, quizá ese momento que estabas esperando para hacer las cosas bien llega, pero tu no puedas disfrutarlo y otros ya no sepan.

La vida es total y absolutamente imprevisible. Puede que mañana por un descuido te echen de tu casa y no puedas volver a saber que es ducharte con agua caliente. Tal vez (Buda no lo quiera), no vuelvas a tener para comer más que un puñado de habichuelas para 7 en una mesa de madera. Quizá salgas a cenar con tu pareja y entren dos con metralletas.

Así que si, joder, prefiero cagarla, engordar y abrir la boca para decir lo equivocado en el momento menos oportuno, no voy a arrepentirme nunca de lo que hago por pasión.

Mañana está demasiado lejos yo prefiero vivir hoy, comer hoy, llorar hoy, follar hoy. Obviar los tabúes y las habladurías, hacerle caso al corazón, le voy a dar todo lo que me pide: hoy. ¿Qué son al fin y al  cabo las consecuencias? ¿Es tan alto el precio por equivocarse?

Así que déjame que no comprenda a qué estás esperando: hoy estoy, mañana…


…mañana es una ciencia incierta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario