jueves, 22 de octubre de 2015

A partir de la segunda primera cita.

Te propongo una locura, una de verdad; de las alteran el orden de la vida. Te voy a proponer un cambio temporal: tu y yo nos conoceremos mañana por segunda primera vez, yo me acercaré a ti con actitud chulesca y tu caerás cual cordero en mis encantos. Saldremos a cenar (una hamburguesa y un par de cervezas), y me contarás del asco que le tienes la vida, de tus experiencias en el frente, la sensación de unidad con media cara cubierta delante de un escudo que dice “perro del sistema” . Sacaremos un par de trapos sucios a modo de advertencia: “esto es lo que te espera” pero tu no quieres hacer trampa y a mi no me gusta que me cuenten desenlaces.

Tú me invitarás a dormir, yo te haré la cena. Te besaré en la azotea, me quitarás la ropa en un hotel, le inyectaré cafeína a las cenas que vengan, nos quedaremos madrugadas leyendo clásicas novelas, debatiendo los límites de la política y nos juzgarán despiertos el humo del tabaco y un gato en su sillón.

Otros días yo te gritaré con fuerza, tú me besarás diciendo que sientes no poder cambiar la vida pero que podemos limar nuestras diferencias entre almohadas y sin prisa, esconderé los argumentos en los pliegues del cuello de tu camisa y a la mañana siguiente se irán los lunes, despertaré calmada y saldrá el sol.

Cuando pase el tiempo y la tempestad se vuelva calma y las mariposas rutina, saldré un día sin previo aviso a buscar la sensación de adrenalina, expontaneidad, incertidumbre. Pero te encontraré a ti fumando en el banco de un parque tarareando nuestra canción, te preguntaré, dirás que saliste a tomar el aire, que también te perdiste. Te llevaré a casa y por primera vez descifraremos lo que es volar haciendo el amor. Ese día fumando en tu espalda dejaré de buscar la perfección en la calle. Serás el punto final de mis finales.




Hoy en la puerta del bar donde escribiste los primeros 4 poemas. Propósito de jueves : mañana no te escribo. 

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